sábado, 11 de octubre de 2008

Llegaseis vosotros...

Llegaseis vosotros, padres, dadores de mi vida, maestros de mí, de vuestros diarios paseos vespertinos, de la tarde de vuestra vida, cargados de grandes bolsas misteriosas, sonriendo, buscándonos con los ojos, verificando que no nos sucedió nada en vuestra breve ausencia, padres, que os deis cuenta que estamos bien, que tenemos salud por vuestra permanente supervisión.

Llegaseis comentando, entre risas, el nuevo peinado de la cajera del supermercado de los árabes, mientras nosotros nos colgamos de vuestras piernas y os preguntamos:

-¡¿Qué nos habéis traído?!

impetuosos, entre casi gritos, y nos respondieseis, como siempre, que no hay dinero en este mes.

Llegaseis y preguntaseis por Enrique, que en nuestros recuerdos siempre está dibujando vialidades imposibles en el suelo del hogar, con la blanca tiza sustraída de la escuela, absorto de vuestro diario paseo y de la palpable realidad, y nosotros respondiésemos que está bien, jugando.

Llegaseis y acomodaseis en la nevera todas las cosas que hubisteis comprado ("la gelatina amarilla no nos gusta") y nos sorprendieseis, de pronto, descubriendo del fondo de la última bolsa, un discreto y reluciente juguete para cada uno de nosotros.

-¡Enrique, ven, un regalo!

Llegaseis, padres, padres queridos, llegaseis y todo se mantuviese así.

viernes, 10 de octubre de 2008

25. FUERZAS DEL AMOR

—Suelen las fuerzas de amor...
Quijote (II,
XLVI)

Suelen las fuerzas del amor
hacer raros maleficios
sobre inocentes personas
hasta dejarlas sin juicio.

Sucedió que eran felices
haciendo ellos sus oficios
cuando una saeta los puyó,
saeta enviada por Cupido.

Jorge entonces con quince años.
Alejandra ya cumplidos
tenía los diecisiete.
Ambos estaban tranquilos.

Jorge metido en su vida
sin fijarse en sus vecinos;
no se fijó que se hallaba
lo que nunca pensó niño.

Alejandra por su parte
a un amante siempre quiso;
al llegar a su nuevo hogar
salió para hacer amigos.

Estaba rondando Jorge
y a tropezarse se vino
y siendo amigo del suelo
se despertó todo bizco,

en brazos de una doncella
que él jamás había visto.
A ella le atrajo el muchacho
por parecerle muy lindo.

Él se sintió en el cielo
en ese momento mismo:
fingió sentirse mucho peor,
decía "irse a un abismo".

Los dos a sus casas fueron
pensando en lo sucedido.
Causóle risa a Alejandra
y no poca al Jorge dicho.

El amor tejió en ellos
unos pensamientos lindos,
los tejió con mucha gracia
y amarró con fuertes hilos.

Nada ni nadie ya podrá
desatar lo que está unido,
tan irreprochable el amor
que hay que hacerse de él amigo.

Jorge amante de las letras
ahora olvidaba sus libros,
coqueta Alejandra anduvo
por Jorge perdió el juicio.

(¿1998-9?)


Observación: no he tenido tiempo de corregir métricamente el texto. Sabrán disculparme. El 25 es el número que ostentaba en una primitiva organización de poemas. Olvidada ya, por supuesto.

lunes, 8 de septiembre de 2008

esta es la historia de los astros...


a Lisbeth Mora

Lex III: Actioni contrariam semper et æqualem esse reactionem: sive corporum duorum actiones in se mutuo semper esse æquales et in partes contrarias dirigi

Newton.



esta es la historia de los astros

el astro minúsculo
-aquel no mayor a cuantos kilómetros o tantos kilómetros cuadrados-
orbita a otro astro, mayor,
con la timidez y admiración que siente el joven estudiante
-el de los primeros años,
el que aún oculta sus ignotos tesoros-
por la encendida estudiante, morena, rubia a veces, del año último, que ya no piensa en sí misma

cree que decide
dar largos e irregulares ciclos incomprensibles
para no ser visto o para no quedar expuesto ante otro que parece regir

y cree, algunas veces cree,
que sus recorridos evitan que su superficie sea iluminada por la luz del mayor
-por una luz que es para él-

pero el astro que cree que rige
no ignora los periplos pululantes, necesarios y audaces, que hace el pequeño
-porque en su duración ha visto más audacia en los pequeños-
y no hace nada

talvez sospecha
que la inconstancia no sirve de nada
o se engaña y se dice que no le interesa derramar su luz ígnea sobre un astrito opaco
o solo disimula sus ganas de fundición
de consumirse y ser consumido

pero la dimensión de los astros es banal
todos son necesarios en esta rueda antigua
y aunque solo se ven los recorridos absurdos que, ilusoriamente, alejan los cuerpos,
siempre se atraen
                          y se repelen
el uno al otro

esta es la historia de nuestras vidas

lunes, 18 de agosto de 2008

como el definido color...

(versión 0.1)

como el definido color
que no se amalgama en el cuadro,

-objeto y visión última del artista-

como el fruto que, sorprendido por la ventisca azarosa, lluvia prematura, alto calor aparecido,
termina incompleto

desarrollo equivocado

como el alumno indiferente que es confundido y diluido en la memoria de sus maestros

olvidado entre los que suponía amigos

-aquel que nadie logra atinar su nombre-

ideas desechadas
poema olvidado

como el detenido forastero que estudia ante un cruce ramificado en caminos
el camino a escoger

como recordar lo infeliz del extravío

recordar las luces pequeñas

grandes oscuridades punteadas

como consumirse

como

elevarse al cielo en un espiral de humo y desvanecerse, libre, de una vez por todas

miércoles, 23 de julio de 2008

Diario personal: pag. 137

Una sola mujer es tu cuidado,
igual a las demás, pero que es ella.

JL Borges.

Ayer fui a mi trabajo desde temprano hasta unos minutos antes de las 12 que tuve hambre y quise ir a comer a mi hogar. En eso, Arturo* me llamó pidiendo vernos para comer junto con Antonella. Yo, como no soy difícil, accedí.

Comimos en algún lugar y hablamos de tonterías amorosas: que si a Arturo se lo han vacilado, y que si Antonella no tiene futuro con ese tipo que ha conocido. La verdad no me importaba mucho. Yo estaba pensando, o no había dejado de pensar, en Lúthien y la noche de ése día.

Luego de comer, Antonella se fue y Arturo me acompañó a buscar dinero. Luego él también se fue y debo registrar en estas páginas que me contó alguna historia idílica que yo, ido, no le escuché.

Me fui al hogar y dormí un rato inconscientemente; inconscientemente porque no estaba en mis planes dormir. Valga decir que estaba lloviendo y estaba haciendo frío. Yo, me medio-arreglé; vi alguna especie de telenovela que transmiten y, justo antes de las 4, me fui hacia la facultad. Justo antes de las 4 porque tengo clases a las 4.

Algunas tonterías que no son dignas de escritura sucedieron hasta que comenzó la clase. Antes de comenzar la clase vi a Lúthien; discreto, me pareció notar que estaba más estilizada; discreto, me pareció notar que se había alisado más la cabellera; triste, noté que portaba una exquisita combinación: una cosa negra corta en la parte de arriba del cuerpo, y sobre esta, un suéter pequeño: ninguno de las dos prendas cubría totalmente el torso pues dejaba ver algo de la piel de su pancita; el pantalón era blanco -quizás debía tener menos arrugas- y el calzado era elevado pero permitía ver todo el pie.

Estaba, para los tristes ojos del enamorado, más hermosa; o talvez no era sino una mujer más, medianamente arreglada, o ni eso...


(*) Algunos nombres, locaciones y adjetivos han sido cambiados para resguardar personales integridades.

jueves, 17 de julio de 2008

Decidle al súbdito que haga su entrada...




A Lisbeth Mora...




--Decidle al súbdito que haga su entrada...


--Su Alteza, le confío
un imperioso deseo que me acecha:


El aburrimiento, junto al hastío,
tienen montada, en mí, notable fiesta, y
por tanto, solicito:


saber si no estará Ud. requiriendo
a un constante individuo
para hacer diligencias
en otros pueblos, lejos de este sitio,


o alguien que quiera escudriñar la fuente
de inspiración de los poetas místicos,


o que haga malabares con pinitos
en medio de la calle y
que sea admirado por grandes y chicos


quiero saber si Ud. no necesita
un súbdito más íntimo
alguien que le convoque la alegría
cuando esta se haya ido
o que se entretenga haciendo monadas
para creer que está vivo


¿no querrá, en fin, mi Reina y Soberana
la pueril distracción de mis servicios?

miércoles, 18 de junio de 2008

29 de diciembre


...juguemos a los plagiarios.
Anverso

El 29 de diciembre -con 29 años- era el día en que Patricia cumplía, con precisión, un día de saber que en pocos meses se convertiría en madre primeriza.


Todavía no lo asimiliaba y en su despertar había un patente deseo de creer que el día anterior no había sucedido.

Pese a lo que pudiera ella pensar o desear, era un día más.

Eligió su combinada indumentaria y luego de embellecerse, partió, como siempre lo hacía, rumbo al trabajo.

Rumbo al trabajo que siempre soñó.


A las puertas del mismo, recibió una inesperada llamada (casi no recibía llamadas, y recibía, aún menos, desde que, unilateralmente, terminó su relación con Andrés):

-Haz lo que te digan..., dijo con débil voz su padre, del otro lado.

Recién finalizada la llamada, dos hombres la abordaron y, amablemente, la condujeron hacia un vehículo.


Le dijeron que su padre estaba secuestrado y que lo fulminarían si ella, además de proveerles de alguna suma de dinero, no hacía lo que le pedían.

Habiendo llegado a su apartado y solitario apartamento, de nuevo, temió lo peor. Por ella.

Para su curiosidad, sus secuestradores sabían exactamente dónde y qué buscar.

Patricia solía pensar que guardar dinero en su hogar era particularmente más seguro. Y ese día comprobaba que, talvez, era ciertamente inseguro.

Luego se alejaron sin lastimarla, atada a una reja interna de su apartamento.

Reverso

El Sr. Alberto disfrutó su viudo café con menos arte esa mañana.

El Sr. Alberto tenía cerca de 15 años de estar jubilado y su pensión era bastante generosa.


Para mitigar el ocio y el solo aburrimiento, hacía cerca de 13 años se había dedicado a cultivar su pasatiempo predilecto: la carpintería.

(Todo comenzó con realizar un mueble más complicado que una mesa -que ya tenía varias en su haber- y terminó por comprar un modesto local en el centro de la ciudad y contratar a un par de ayudantes: además de hacer lo que en verdad le gustaba, recibía algún dinero por ello).


Al salir de su casa esa mañana, dos caballeros (utilicemos este sustantivo), lo orillaron:


-Necesitamos que nos acompañes al banco.


Le explicaron con serena voz que les urgía una cantidad precisa de dinero.


Naturalmente, el Sr. Alberto se negó.


-Hemos secuestrado a tu hija, añadieron estratégicamente.


El rostro se le demudó.


Pidió prueba de ello.


Ellos hicieron una llamada.

-Solo dile a tu hija que haga lo que le decimos, ordenó con seguridad uno de los hombres al Sr. Alberto.


Él, tembloroso, ya sin dudas de la veracidad de sus acompañantes, balbuceó por teléfono:

-Haz lo que te digan...


Luego de esto, lo acompañaron al banco -era notablemente curioso que ya supiesen cuál era el banco preferido- y allí, en poquísimo tiempo, hizo el retiro de dinero.


Fuera del banco, les entregó el dinero a los caballeros, y estos lo dejaron, sin mayores explicaciones.

Canto

El Sr. Alberto se dirigió de inmediato al apartamento de su hija.

Tuvo que reconocer el sitio al que solo había ido 2 veces en 6 años.

La puerta estaba abierta y por esa razón no tuvo problemas al entrar; dentro, tuvo que reconocer también a su hija, atada a una reja.

Uno de los dos -o los dos- preguntó, al mirar al otro:

-¿Cómo estás?

Olvidaron discutir en profundidad la forma en que fueron robados y se dedicaron a conocer un poco de sus vidas.

jueves, 12 de junio de 2008

-Ese hombre es un vagabundo...


-Ese hombre es un vagabundo...


La madre, al ver tan lamentable cuadro -la patente juventud, la difusa frontera entre la basura desechada y el hombre, los fraternos roedores...- mintió al pequeño.

Dijo:


-No. No es un vagabundo: es un hombre que actúa. Está jugando a que es un vagabundo.


-¿Sí? -replicó el pequeño, sorprendido- ¡Se parece tanto al vagabundo que mi padre ayer me mostró!

jueves, 5 de junio de 2008

Del regreso

________


¡Qué grato es, cuando se hace un regreso,



saberse parte de un sitio querido!



¡Grato esperar el abrazo, el beso,



el gesto... saberse recibido!




¡Qué grato es emerger de ese turbio y espeso



mar, donde, tristes, nos hemos caído;



y poder vislumbrar, con embeleso,



la dicha que nos hemos prometido!




¡Qué bonito el espíritu reacciona



cuando escucha un genuino:



                                         ¿Cómo estás?



al final de un regreso que emociona!




¡Y qué bonito se siente, aún más,



que en tu nueva partida, una persona,



sonriente,



                 añada:



                              Y tú: ¿me llamarás?




______________

Nota 1: Para utilizar indentación en este tipo de textos he utilizado ésta página.
Nota 2: Debe perdonar el lector exigente la falta redondez en algunos endecasílabos. Con el tiempo será el texto depurado.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Tengo unas discretas...

A Lisbeth Mora

¿Cómo iba a presentir en esos años...
JL Borges

no haya telón/
ni abismos
M Benedetti


tengo unas discretas razones que darte

razones estrechamente vinculadas a tu sonrisa amplia como el mundo

y genuina como un niño inocente




razones que escapan al sentimiento de sinceridad y pacitud que me regalas,

inconsciente, al evocarte




-al evocarte en el alba junto a la gratitud de los dioses,


o en el devenir del día, a cualquier hora, en todas partes, por dispersas razones-




y se estrechan a tu ignorada y dulcísima feminidad


que en ocasiones, humilde, excusas




hoy quiero darte las gracias por la manifiesta mejoría que muestro -"baboso"- en mi cuadro sentimental


debido a tus constantes consideraciones




quiero agradecerte tu presencia



quiero agradecerte por una foto en la que luzco feliz


-no en la que estoy solo, sino en la que estás junto a mí,

y
el ámbito desbordas con tu felicidad-



asimismo quiero decirte que me gustas cuando pareces pequeñita,


o cuando pareces mojada, encogida, sin rastros de agua


(aunque también me gustas en tu tamaño natural);



quiero agradecerte los explosivos nervios que, como minas, riegas en mí cuando estamos cerca


y de los que tengo fe lograré conocer estratégicamente

para estar juntos



felices



tú como tú

yo como yo




miércoles, 23 de abril de 2008

Poesía permutable


El siguiente texto es otra traducción descuidada de otra sección de otro fascículo (4b) de The Art of Computer Programming de Donald Knuth. Ese fascículo lleva por título: History of Combinatorial Generation.

Entonces, escribe Knuth:

"Miremos ahora una curiosa pregunta que atrajo la atención de varios matemáticos prominentes en el siglo diez y siete porque produce luces considerables sobre el estado del conocimiento general de la combinatoria en la Europa de aquel tiempo. Un sacerdote jesuita llamado Bernard Bauhuis había compuesto un famoso tributo de una línea a la Virgen María, cuyo hexámetro latino era:


Tot tibi sunt dotes, Virgo, quot sidera cælo.(*)


Que significa "Tantas dotes son para ti, Virgen, como astros en el cielo". [Ver su Epigrammatum Libri V, Colonia, 1615, 49].

Su verso inspiró a Erycius Puteanus, un profesor de la Universidad de Louvain, a escribir un libro titulado Pietatis Thaumata (Antwerp, 1617), presentando 1022 permutaciones de las palabras de Bauhuis.

Por ejemplo, Puteanus escribió

107 Tot dotes tibi, quot cælo sunt sidera, Virgo.

270 Dotes tot, cælo sunt sidera quot, tibi Virgo.

329 Dotes, cælo sunt quot sidera, Virgo tibi tot.

384 Sidera quot cælo, tot sunt Virgo tibi dotes.

725 Quot cælo sunt sidera, tot Virgo tibi dotes.

949 Sunt dotes Virgo, quot sidera, tot tibi cælo.

1022 Sunt cælo tot Virgo tibi, quot sidera, dotes.

Él se detuvo en 1022 porque 1022 era el número de estrellas visibles en el cielo conocido de Ptolomeo.

La idea de la permutación de palabras de esta forma era bien conocida en aquel entonces; tal juego fue el que Julius Scaliger llamó "Proteus verses" en su Poetices Libri Septem (Lyon: 1561), Libro 2, capítulo 30.

El idioma latino da licencia en sí mismo a las permutaciones del tipo (*), porque las terminaciones de las palabras latinas tienden a definir la función de cada sustantivo, haciendo que el orden relativo de las palabras sea menos importante que el significado de la oración como sucede en el idioma inglés.

Puteanus estableció, sin embargo, que había específicamente que evitar permutaciones como

Sidera tot cælo, Virgo, quot sunt tibi dotes,

porque en ellas podría dar lugar a un upper bound de las virtudes de la Virgen más que un lower bound. [Véase la página 12 y 103 de su libro].

Obviamente hay 8!=40320 formas de permutar las palabras en (*).

Pero ese no es el punto. Cada uno de los 1022 versos de Puteanus obedece a un estricto sistema de reglas de hexámetros clásicos. Reglas que han seguido los poetas griegos y latinos desde los tiempos de Homero y Virgilio, que son


  1. Cada palabra consiste en sílabas que son largas (-) o cortas (u);

  2. Las sílabas de cada línea provienen de uno de 32 patrones.

Las reglas para versos largos de cortas sílabas en la poesía latina son un poco más difíciles en general, pero las ocho palabras del verso de Bauhuis pueden ser caracterizadas como sigue [OBSERVACIÓN: fíjsese el lector que a cada sílaba le corresponde una longitud: larga (-) o corta (U)]:

Tot=-
tibi=UU o --
sunt=-
dotes=--
Virgo=-u o --
quot=-
sidera=-UU
cælo=--

Nótese que los poetas tienen dos opciones cuando usan la palabra 'tibi' o 'Virgo'.

Así, por ejemplo, (*), tiene el patrón de hexámetro

- U U - - - - - - - U U - -
Tot ti-bi sunt do- tes, Vir- go, quot si-de-ra cæ-lo

[...]

Las comas representan unas pausas ligeras llamadas "cæsuras", cuando las mismas son leídas; ellas no nos atañen en este momento, aunque Puteanus las usó cuidadosamente dentro de cada uno de sus 1022 versos.

[...]

Una pregunta natural que se puede hacer es: Si permutamos las palabras de Bauhuis al azar, ¿cuál es la probabilidad que ellas estén en un órden correcto (en relación a los pies métricos)?

G.W.Leibniz trabajó en esta pregunta, entre otros, en su Dissertatio de Arte Combinatoria (1666), un trabajo publicado cuando él aplicó para un puesto en la Universidad de Leipzig. En esa época, Leibniz tenía solo 19 años y su comprensión de combinatoria era bastante limitada..."


¡Solo un valiente se atrevería a decir que Leibniz tuvo, en algún momento, una comprensión limitada..!


¡Salud!

sábado, 12 de abril de 2008

Hablaré de un episodio...

Hablaré de un episodio de mis años en el tercer grado de educación básica.

Mi edad, no alcanzaba los 9.

Poco después del tropel efusivo de la salida al recreo, mirando el suelo, hallé, distribuidos en tres morados billetes, 30 bolívares (representaban una buena suma para un niño).

Aproveché para comprar ciertos chúcheres cuyo sabor desconocía, también ciertas bebidas, galletas, y muchos snacks, hasta agotar el último bolívar.

Fue unos de los recreos más golosos de mi infancia.

Al momento de entrar al salón de clases, uno de mis compañeros, Cristian, (un chileno de largos cabellos...) estaba sentado con triste expresión.

-¿Qué tenéi, poh? -pregunté imitando su conocidísima forma de hablar...

-Mi mamá me dio 30 bolívares para que se los guardara y los perdí...

Hoy estoy haciendo pública confesión de lo sucedido con el dinero de Cristian, cuestión que no hice unos años atrás.

martes, 18 de marzo de 2008

Sobre el nacimiento de los 'Cuadrados Latinos'

Comparto con Uds. (¡que no se enteren Michel Antscherl Harlange, Joan Lluis i Biset, Jaime de Argila Chopitea o Ramón Puigjaner Trepat!) una descuidada traducción del prefascículo '0A' del volumen cuarto de un libro siempre esperado: The Art of Computer Programming, del incualificable Donald Knuth.

El borrador trata de la sección séptima: Introducción a la búsqueda combinatoria.

"Echemos una mirada atrás por un momento en los tempranos días de la combinatoria. Una edición postuma de Recreations mathematiques et physiques de Jacques Ozanam (París: 1725) incluyó un juego en el volumen 434: "Tome todos los ases, reyes, reinas y payasos de un mazo ordinario de cartas y ordénelos en un cuadrado tal que cada fila y cada columna contenga todos los cuatro valores y todos los cuatro palos." ¿Qué puede Ud. hacer? La solución de Ozanam es mostrada en la imagen.

Por 1779 un jueguito similar fue hecho en las inmediaciones de San Petersburgo, y llamó la atención del grande matemático Leonhard Euler.

'Treintaiséis oficiales de diferente rango, tomados de seis diferentes regimientos, desean marchar en una formación de 6x6 de tal forma que cada fila y cada columna contenga un oficial de cada rango y uno de cada regimiento. ¿Cómo pueden ellos hacer esto?' Nadie fue capaz de hallar el orden para una marcha satisfactoria. Por tanto, Euler decidió resolver el acertijo -había quedado casi completamente ciego en 1771 y fue dictando todo su trabajo a sus asistentes. Escribió el mejor artículo de la materia [eventualmente publicado en Verhandelingen uitgegeven door het Zeeuwsch Genootschap der Wetenschappen te Vlissingen 9 (1782), 85-239], en el cual construye arreglos para los grupos análogos con n rangos y n regimientos cuando n=1, 3, 4, 5, 7, 8, 9, 11, 12, 13, 15, 16,...; solo eludió los casos con n mod 4=2.

Euler nombró los 36 oficiales con basado en sus regimientos y en sus rangos. Observó que cualquier solución podría tener dos cuadrados separados, uno para la letra latina y otro para la griega. Cada uno de esos cuadrados es supuesto que tiene entradas distintas en filas y columnas; por tanto él comenzó por estudiar las posibles configuraciones para {a,b,c,d,e,f} las cuales llamó 'Cuadrados latinos'. Un cuadrado latino puede ser pareado con un cuadrado griego para formar un 'Cuadrado grecolatino' solo si los cuadrados son ortogonales para el otro, significando que no hay pares (latino,griego) de letras que puedan hallarse juntas en más de un lugar cuando los cuadrados son superimpuestos. Por ejemplo, si tenemos a=A, b=K, c=Q, d=J,
=♣, =♠, = ◊, y ♥, la Figura es equivalente a





Que, superponiéndolas



De seguro podemos usar cualquiera símbolos n distintos para un cuadrado latino nxn; lo que importa es que ningún símbolo se dé dos veces en ninguna fila o dos veces en ninguna columna. Por tanto, nosotros podríamos también utilizar valores numéricos {0,1,...,n-1} para las entradas..."

Luego de esto, Knuth hace comentarios históricos sobre la demostración (o no) de la existencia de determinados cuadrados latinos. Algunas pruebas no se lograron, incluso, hasta bien entrado el siglo anterior con la ayuda ya de ordenadores.

¡Gratísimo sería saber en qué momento cuál aficionado a la estadística cogió este diseño y lo utilizó para los modelos de análisis de varianza!

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Observación: Para trabajar con código en blogspot por favor no olvide visitar http://servalx02.blogspot.com.

martes, 4 de marzo de 2008

El peluche


a los hermanos MAA y JJD

Por fin.

Luego de un breve discurso, de manos frías y temblorosas, el pequeño Miguel hizo petición formal, con todas las palabras mínimas de la ley escolar, a su pequeña amada.

La amadita, que había ensayado incluso el tono del 'sí' -sus amigas le habían advertido de la inminente petición de Miguel-, respondió, con segura y preestablecida indecisión: 'sí... seré tu novia'.

Muchas de las cosas imaginadas por Miguel eran ficticias -incluyendo algunos relatos de algunos muchachos de grados superiores. Pero lo que no era ficticio eran sus ganas inexplicables de complacer a su amadita.

La colmaba de chúcheres, regalos e inocentes caricias. Millonarios de inventos y de divertida comprensión.

Pero todo debía acabar.

Sucedió que hubo intriga por un alumno de otra sección. O talvez era una alumna. Hubo mentira. Hubo engaño. Hubo envidia y ganas que los dulces novatos, terminaran su relación.

Y terminaron.

La escena de la ruptura, inolvidable.

-Yo no te quiero ver más ¿oíste?, dijo ella, con la tierna voz en alza.
-Yo tampoco te quiero ver más, respondió él, y es más, añadió al tiempo que la voz subía de tono: ¡devuélveme mi peluche!

Se trataba de un indudable tierno peluche que él le había obsequiado días atrás.

Y hoy, niños grandes, cuando se ven:

-Tonto.
-Tonta.

martes, 22 de enero de 2008

Evolutivo


Un investigador de blanco pelaje, cuadrúpedo por la edad, iba y venía en el laboratorio.

Sus discípulos lo observaban con admiración.

Uno de ellos, el más joven, fue el orgulloso encargado de experimentar con los pequeños mamíferos.

Se trataba de la era de las ratas. Encabezaban la escala evolutiva.

Yo veía con desdicha y decepción cuando a mi compañero de jaula, un minúsculo humano como yo, le inyectaban drogas experimentales...

Yo esperaba mi turno, resignado.