miércoles, 1 de julio de 2009

Resueltamente había admitido...

Resueltamente había admitido, sin tristeza ya, que su vida carecía de matices llamativos.

Su último intento por colorearla de manera consciente fue mudarse de ciudad y de país pero concluyó que él sería siempre el mismo individuo sin importar los variados escenarios.

-Un hombre opaco, no permeable a la alegría del color, decía al elevar la copa solitaria.

A veces, para hacerse sonreír, recordaba la torpe imitación que hacía de otros personajes al momento de buscar amigos. Repetía chistes ampliamente difundidos, usaba indumentaria a la moda, se informaba sobre noticias banales e intrascendentes que no le importaban... Sin embargo, nada de esto funcionó.

Su condición natural era ser distante a los demás.

En algún momento pensó que podía ser simpático para algunas mujeres de fáciles sonrisas y bolsos pequeños que piruetean en sus muñecas en algún establecimiento ubicado estratégicamente en la ciudad. Sus intentos de amistar fueron largos y requirieron muchas noches, y si bien podía recordar nombres y anécdotas, él se sabía no contado ni querido por ellas.

En una época creyó que la búsqueda del conocimiento revelado en sueños era la clave del destino.

Se empeñó en encontrarlo. Le era difícil vivir sin sentir que estaba orientado en la vida.

Se dedicó a interpretar cada uno de sus sueños. Al largo tiempo resolvió afirmar que 'hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios' que no le cedió el don de la interpretación.

Concluyó que todo hombre estaba en este plano para participar en un espectáculo divino cuyo guión le es ajeno a todos, excepto solo a Uno; pero estaba molesto con Este porque no le había hecho saber su papel en este teatro, y eso lo desesperaba.

Tenía desesperación por no saber qué tenía que hacer con su vida.

Con una copa en la mano, leía aquellos versos del poeta

¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...


y los sentía suyos.

La idea del suicidio se hizo esperar no sin antes haber dejado de trabajar y haber llevado al límite su morosidad en su residencia.

Investigó y compró la cantidad de veneno necesaria y procedió con lo planeado.

*

Ya en medio del colapso, en uno de los retorcijones últimos de su muerte, tuvo una revelación: él sería históricamente aquel triste personaje que sería puesto como mal ejemplo muchas veces por distintas causas (porque es más fácil recordar lo malo que lo bueno): sería un falso que vestía como los demás, un hombre que dejó a su familia, un supersticioso y astrólogo, un vago que no trabajaba, un alcohólico, un hombre que frecuentó mujerzuelas... y, al fin, alguien que se suicidó porque no tuvo el valor de afrontar sus problemas.

Pensó que su papel no era otro que el haber sido un hombre malo y este postrer conocimiento le regaló una sonrisa sincera y la tranquilidad buscada.


sábado, 20 de junio de 2009

Escritos para SMS


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Había una vez un gusano que quería cruzar la calle, pero cuando iba por la mitad de ella, lo arrolló un vehículo.

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Una vez hubo una pareja de jotas que se querían mucho, pero estaban tristes porque eran torcidas. Sus cuerpos eran curvados. Cuando ella quedó encinta, su hija resultó ser erguida y derecha: era una i esbelta.



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Hubo un ciempiés que tenia un problema: ninguno de sus pies era de la misma talla y para sus padres era difícil costearle este detalle. Todo se solucionó en su madurez cuando todos sus piececillos alcanzaron el mismo tamaño, y él se sentía muy bien.


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Final alternativo: el gusano que quería cruzar la calle, lo logró satisfactoriamente.

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Al lobo le dijeron que en la punta de cierto risco altísimo la podía ver. Enamorado, ansioso y feliz esa noche (que de seguro ella estaría allí) subió para verla y declararle todo su amor. Pero su amor, la Luna, no estaba allí, sino más alto aún, más alto. Y el lobo lloró en el risco, mirándola lejos, cada noche. A veces incluso se oyen sus aullidos.

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Esta es la historia de una mariposa multicolor que daba vueltas feliz sobre un jardín y las abejas la confundían con una flor que volaba. Esta mariposa estaba alegre. Uno de los motivos de su
felicidad era que se había salvado de ser arrollada por un vehículo cuando era gusano aún, gracias a un final alternativo.


Observación: los textos han sido ligeramente modificados.